[Comentario original de: GFA]
La cinta del director Glen Morgan que paso desapercibida en cartelera y se ha ido quedando olvidada, empolvándose en los estantes del Blockbuster. Mientras que en Estados Unidos es conocida como Black Christmas, acá en México se llama Gritos en la Oscuridad, por favor (vaya que traducción tan apegada al título original, no?).
A leguas se nota que fue una producción hecha con un muy bajo presupuesto, donde no supieron manejar lo poco que tenían. Aunque los personajes logran ser retorcidos y apáticos (al grado de provocar cierta aberración y repulsión), no se puede establecer ninguna conexión con ellos, y no están muy bien planteadas sus personalidades. La trama es bastante retorcida, original (es decir, no es otra cursi historia navideña), y estaría buena si la hubieran desarrollado mejor.
Lo único que trascendió en esta cinta, fue la secuencia en la que el villano, Billy Lenz, se pone a hacer galletitas con la piel de su propia madre, y después de haberlas horneado se las come con un buen vaso de leche… de ahí en más no hay nada más que resalte. El ambiente frío y nauseabundo sí fue bien logrado, pero en muchas partes la película simplemente da risa. De hecho al final hay una escena bien chafa, donde parece que la actriz que interpretaba a Agnes renunció y literalmente pusieron a un hombre con vestido y peluca a suplantarla. La verdad esta película casi no da miedo, pero sería interesante que la checaran para que vieran otra cara de la navidad, se rieran un poco y se hagan de su propia opinión.
A leguas se nota que fue una producción hecha con un muy bajo presupuesto, donde no supieron manejar lo poco que tenían. Aunque los personajes logran ser retorcidos y apáticos (al grado de provocar cierta aberración y repulsión), no se puede establecer ninguna conexión con ellos, y no están muy bien planteadas sus personalidades. La trama es bastante retorcida, original (es decir, no es otra cursi historia navideña), y estaría buena si la hubieran desarrollado mejor.
Lo único que trascendió en esta cinta, fue la secuencia en la que el villano, Billy Lenz, se pone a hacer galletitas con la piel de su propia madre, y después de haberlas horneado se las come con un buen vaso de leche… de ahí en más no hay nada más que resalte. El ambiente frío y nauseabundo sí fue bien logrado, pero en muchas partes la película simplemente da risa. De hecho al final hay una escena bien chafa, donde parece que la actriz que interpretaba a Agnes renunció y literalmente pusieron a un hombre con vestido y peluca a suplantarla. La verdad esta película casi no da miedo, pero sería interesante que la checaran para que vieran otra cara de la navidad, se rieran un poco y se hagan de su propia opinión.
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